domingo, 13 de marzo de 2011

Beady Eye - Different Gear, Still Speeding ( Rockaxis review)



2011. Dangerbird Records

Hasta que finalmente vio la luz la ópera prima de Beady Eye. Un registro esperado desde hace casi dos años, tras la ruptura de Oasis que dividió al cuarteto en dos frentes, uno formado por el saliente Noel Gallagher y el otro remanente, donde hicieron fuerzas Gem Archer, Andy Bell y Liam, este último señalado como el provocador de la disolución de los mancunianos. Peleas y declaraciones aparte, el hermano mayor optó por la cautela y se sumió en un silencio que no tiene intención de interrumpir por el momento, según propia confesión del guitarrista. Los otros, en cambio, no acusaron descanso, formaron Beady Eye, ensayaron y crearon un disco que no respetó duelos ni luto, sino que obedeció a su urgencia por nacer. Hoy está disponible para todos los oídos, en un sitial envidiado, porque desde su gestación y nacimiento, ha gozado de la atención de todo el orbe musical.

De nombre "Different Gear, Still Speeding", el debut del cuarteto -que también cuenta entre sus filas al batero Chris Sharrock- es un menú de trece gemas que, a primera oída, siguen el legado de los cuatro melenudos de Liverpool y de la gloriosa época de los sesenta y setenta. De hecho, esta placa es más "Beatle" que todo lo que grabó Oasis, que en sus 18 años de carrera siempre fueron considerados unos verdaderos usurpadores del catálogo fab four, si es que nos abocamos a comparar. 'Four Letter Word' abre los fuegos y se encarga de echar más tierra a cualquier esperanza de reformar la antigua banda, cuando Liam arroja varias veces un "nothing never last forever!", en una canción que para algunos va dedicada a su hermano mayor. La que sigue, 'Millionaire', está cobijada de apacibles toques folk británicos, cortesía del tándem guitarrero Bell y Archer.

A pesar de que no fue lo primero que oímos, 'The Roller' es formalmente el single promocional de la obra. Influenciada completamente por el John Lennon solista (al igual que el undécimo track, 'Three Ring Circus'), la canción simula ser una especia de pariente del siglo XXI para la genial 'Instant Karma!'. Liam usa el mismo efecto de voz que el fallecido artista obtenía de las consolas de Phil Spector. La rockanrolera 'Beatles And Stones' habla con su puro título. Apresurada y dotada de mucho ritmo, promete ser un alto momento cuando llegue el momento de la banda para presentarse en vivo. Lo mismo que 'Bring The Light', que es Jerry Lee Lewis en estado puro, con ese piano tan protagonista, y que fue el videoclip inaugural de toda esta saga. 'Wind Up Dream' trae a la memoria la época de "Rubber Soul"; y es que las comparaciones y reminiscencias aquí no son gratuitas, las pruebas están a la vista y los muchachos lo saben hacer muy bien, transformando la posible copia en una honesta declaración de ascendencia.

La cepa McCartney también dice presente en las dulces 'For Anyone' y 'Kill For A Dream'. En la una, Liam se luce en el canto, alcanzando un registro que pocos esperarían de él a estas alturas; y la otra, que esconde un riff que bien pudo haber sido autoría de George Harrison. El vocalista confirma así lo dicho en numerosas entrevistas, en cuanto a que se aplicó para la grabación, participando mucho más, dándonos a entender que este es un proyecto que lo siente más propio que Oasis.

El noveno y décimo track, 'Standing On The Edge Of The Noise' y 'Wigwam', muestran resabios de las dos últimas intervenciones discográficas de los oriundos de Manchester, con harta tendencia sicodélica, con largos outtros que van en continua progresión. Para cerrar, están las magníficas 'The Beat Goes On' y 'The Morning Son', sentidas canciones, algo quietas, con ese dejo tan Beatle y cierto aliento de la Electric Light Orchestra, bajando el telón de forma magistral y hermosa.

Esto es lo que nos ofrece Beady Eye. Un riesgo que bien pudo zozobrar de no haber implementado correctamente la ansiedad de crear que tenían sus cuatro integrantes, que fue bien canalizada, entregando un trabajo que de seguro no marcará pauta alguna en cuanto a tendencias, pero será valorizado como una carga de honestidad. Y su preponderancia no terminará aquí, pues cuando el Gallagher mayor se decida a hacer sus cosas, la comparación aparecerá por arte de magia, sean bien intencionadas o no. Por lo pronto, sólo resta decir que el gallito lo va ganando el menor.

Jean Parraguez

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