domingo, 3 de mayo de 2009

“Oasis es pasión, buen gusto y un buen corte de pelo”



la banda de los hermanos Gallagher en Buenos Aires

Esta noche tocan por tercera vez en la Argentina, en el imponente marco del estadio de River. Antes del show, Andy Bell, su bajista de la última década, habla del estado actual del grupo.

Noel Gallagher sabe que Oasis ha sabido ganarse su lugar en una larga dinastía que se inaugura en los años 60 con los Beatles y que se continúa a lo largo del tiempo con los Rolling Stones, Who, Kinks, Led Zeppelin y algunos otros pocos grupos. “Somos la última de las grandes bandas”, dijo el líder indiscutido de este grupo británico que ya lleva quince años de existencia. Suena petulante, pero que no deja de tener un componente de verdad. Se le podrían oponer los nombres de Radiohead o Coldplay para desmentirlo, pero sería complicado encontrar otros ejemplos. Aún así, Oasis los supera en arraigo popular y no es casualidad que esta noche tocan en el estadio de River (Thom Yorke cantó en el Club Ciudad y Chris Martin en el Gran Rex).

En estos últimos tiempos, Oasis recuperó su estatus de supergrupo tras una etapa de floja inspiración, gracias a su nuevo álbum Dig Out Your Soul, que les elevó no sólo la calidad artística sino también la venta de discos y entradas, revitalizando su característica arrogancia.

Andy Bell, actual bajista, ingresó al grupo al mismo tiempo que Gem Archer en 1999, cuando Oasis atravesaba una gran crisis. Y se lo recuerda a Crítica de la Argentina cuando se le pregunta por su arribo al grupo de los Gallagher: “Gem y yo llegamos en un momento difícil. Y desde ese entonces hemos mejorado mucho como banda. Es como si fueran dos bandas diferentes; será difícil para nosotros alcanzar la marca de discos como Definitely Maybe y What’s the Story... Morning Glory, que eran increíbles. Pero a la vez estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho desde entonces. Se pone más y más interesante hacer música con esta gente”.

Cuando dice “esta gente” se refiere a los Hermanos Macana del rock and roll: Liam y Noel Gallagher. El primero, un fabuloso cantante con un registro que evoca al de John Lennon (¡de hecho su hijo se llama Lennon Francis!) y una estampa de rockstar total. Noel, compositor principal de Oasis, también es buen cantante, no tan buen mozo, pero sí es la inteligencia detrás de su hermano Liam, que no se caracteriza por abundancia de luces. Como los personajes de Los autos locos, viven peleando el uno con el otro y, a la vez, cada vez que uno de ellos ha estado en peligro, el restante siempre estuvo de su lado. ¿Qué opina Andy Bell, como espectador cotidiano, de las colisiones dentro de Oasis? “La relación entre Noel y Liam es Oasis. Y no importa si la relación es buena o mala: lo bueno y lo malo es lo que hace a Oasis. Necesitás las dos cosas”.

–¿Oasis convoca hoy más gente que hace dos o tres años?

–Sí. Parece que esta vez tenemos un público más numeroso, pero a la vez más joven. Cerca del escenario, lo que se ve son pibes chicos. Los viejos fans siguen allí, pero están un poco más atrás.

–¿Creés que Dig Out Your Soul es mejor que los discos recientes? ¿Influye eso en la convocatoria?

–Sí, influye, pero Oasis también tiene una historia. Dig Out Your Soul es lo mejor que hicimos, al menos desde que yo estoy en la banda. Pudimos finalmente sacar cierto sonido psicodélico que estaba dentro de Oasis, pero que hasta ahora no habíamos podido trasladar a un disco.

–Estás hace casi nueve años. ¿Notás cambios desde tu llegada?

–Sí, hubo muchos cambios. Al comienzo, no sabía cómo era por dentro la banda; era como caminar a ciegas. Cuando entramos con Gem era como “ellos contra nosotros”. Y ahora nosotros somos todos: somos Oasis.

–¿Cuál fue tu mejor momento en Oasis?

–Subir a escena en el estadio de Wembley. Y ya estar en Oasis, que es una banda que produce una reacción tan fuerte, te da una sensación especial, como de orgullo. También hubo otros momentos memorables, como los encuentros con Ringo Starr y con Paul McCartney. A Ringo lo conocimos cuando se nos unió su hijo Zak (actualmente reemplazado por Chris Sharrock), y pasamos toda la noche conversando con él. A Paul lo conocimos cuando estaba ensayando para el Superbowl y nosotros estábamos grabando en Los Ángeles. Se sentó y comenzó a tocar el bajo con la canción que estábamos grabando y me pasó algunos trucos; fue muy generoso de su parte.

–Noel dijo que Oasis era la última gran banda de rock inglés en la tradición Beatles, Who y Kinks. ¿Te reconocés en esa tradición?

–Sí, pero no creo que vayamos a ser los últimos. Alguien va a tener que aparecer para reemplazar a Oasis en algún momento. No veo ninguna banda ahora, pero espero que surja. Pensé que podía ser Kasabian, pero sus canciones son un poco oscuras y misteriosas. Necesitás una banda con pasión, sentimiento, frescura y actitud, pero que también componga canciones que después les puedas cantar con orgullo a tus hijos. Como los Beatles, que hicieron muchas canciones de cuna.

–¿Qué es lo que hace especial a Oasis: la actitud, las canciones o el sonido?

–Es la pasión. La pasión, el buen gusto y un buen corte de pelo.

Primero vino Noel como “plomo”

Oasis siempre fue una banda muy popular en la Argentina, como casi todas las grandes bandas inglesas. Y el romance creció desde la nada. Noel Gallagher ya conocía Buenos Aires, por haber venido a trabajar como plomo de la banda Inspiral Carpets, en dos oportunidades en 1991. Su apodo dentro de esa delegación era “Monobrow” (monoceja).

En 1998, Oasis debutó aquí con dos aturdidoras presentaciones en el Luna Park. Volvieron tres años más tarde para tocar como cierre en el Buenos Aires Hot Festival, pero según se cuenta Noel se rehusó a cerrar el show donde también tocaba Neil Young: le parecía una falta de respeto para con uno de sus ídolos. De manera que hicieron de teloneros y cuando Oasis terminó de tocar, sólo un tercio de la audiencia se quedó para ver a Young.

Regresaron al Campo Argentino de Polo en 2006 y el público ya era casi el doble. Hoy realizarán su primer River.

Nadie habló de separarse

Corrió fuerte el rumor de que el de River iba a ser el último show de Oasis. Hubo histeria por parte de algunos fans, pero otros más memoriosos recordaron que esta situación se anunció muchísimas veces. Y los más atrevidos sugirieron que era un ardid para elevar la venta anticipada de entradas.

Andy Bell jura no saber nada de todo esto. “Nunca nadie mencionó la posibilidad siquiera, y estamos ocupados preparando esta gira y nuestras posteriores presentaciones en Gran Bretaña”, afirma. ¿Y qué hay del anuncio de Noel de que Oasis entraría en receso y todos grabarían discos solistas? “Pienso que en algún momento puede estar bien. Pero no tengo ningún plan de hacer mi propio álbum. Ciertamente, me encantaría escuchar el de Noel, pero no creo que ahora él tenga tiempo para hacerlo. Tal vez en el futuro. Liam ahora está muy interesado con su línea de ropa (Pretty Green), pero si tiene alguna idea musical en su cabeza, es para Oasis. A mí también me pasa eso. Creo que surgiría algún tipo de problemas si intentara llevar adelante dos proyectos musicales. OK, uno nunca sabe lo que puede pasar, pero la verdad es que ni veo posible esa idea de los trabajos solistas. Al menos por ahora”.

El mito de los bateristas de rock que hacen ¡boom! y explotan

En el documental ficticio This Is Spinal Tap, una banda batalla con varios problemas, uno de ellos muy severo: los bateristas le explotan, literalmente. Sin explicación, ¡boom! y se van. A Oasis le ha pasado algo parecido: a lo largo de sus quince años ya les explotaron tres y vendrán a la Argentina con el cuarto: Chris Sharrock, ex batero de Robbie Williams. El primero que tuvieron, Tony McCarroll, fue despedido en 1995 y reemplazado por Alan White, que duró casi nueve años en la silla caliente, pero Noel Gallagher le sacó tarjeta roja en 2004. Un experto se ofreció a ocupar su puesto: Zak Starkey, el hijo de Ringo Starr, que estaba de vacaciones porque su banda, The Who, había terminado una larga gira. Su debut fue ante 150 mil personas en Glastonbury. Duró hasta la grabación del último álbum de Oasis, tras lo cual abandonó el grupo en buenos términos.

Hoy, Andy Bell se muestra muy entusiasmado con la llegada del nuevo miembro: “Chris mejoró las cosas. Adoro a Zak que, sin dudas, es un baterista fantástico, pero Chris es como si hubiera nacido para ser miembro de Oasis. Lo sentimos como un hermano. De la misma manera en que Gem y yo fuimos recibidos con tanto amor por la banda. Encajamos y pudimos trabajar juntos muy bien, al punto en que nadie piensa en irse. Y lo mismo pasó con Chris: no veo la hora de que grabemos con él. A veces hasta me olvido de que no estuvo en el álbum con nosotros.

–¿Por qué no siguió Zak Starkey?

–Creo que tenía mucho trabajo con The Who y además estaba muy cansado. Tenía que elegir, no podía estar con los dos grupos, pero The Who es como su familia. Ringo era muy amigo de Keith Moon, que fue quien le regaló la primera batería a Zak. Era lógico que los eligiese.

–¡Y son The Who, nada menos!

–Verdad. Pero nosotros somos Oasis.

CRITICA DE LA ARGENTINA

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