jueves, 7 de mayo de 2009
Oasis en Lima - Revista 69
A Papá Noel con cariño
Publicado por Bambino Pons
Hola Guigsy:
En una nueva muestra de la frescura que me caracteriza (algunos le dicen conchudez) te propongo escribir una crónica del concierto de Oasis en Lima. Yo no me atrevería a hacerla, porque siendo sinceros, yo dejé de creer en Noel para el tercer disco: fue retirado del lugar que ocupaba en mi altar british junto a Damon y Jarvis. Recién me recuperaron con la psicodelia de Dig Out Your Soul (aunque calentando motores para el concierto del jueves me di cuenta que para Don’t Believe the Truth el maestro ya había regresado por sus fueros) y por eso pagué el capricho de la reventa. Seguro que tú también disfrutaste la tocada de los Gallagher. A mí me pareció de puta madre: Noel es el puto amo. Dio gusto ver a la generación que vivió su adolescencia con el Definitely Maybe o (What’s the Story) Morning Glory (snif, o sea la mía) gozar con este súper grupo en casa. Porque uno escuchaba a Oasis o Nirvana cuando tenía 14 o 15 años (dichosos los monjes que lactaron Autechre o Stockhausen desde la cuna), uno se vacilaba, chupaba y vivía con esa banda sonora de fondo. Como te habrás dado cuenta, el concierto de los ingleses fue mucho más que un ejercicio de nostalgia para mí. Quedé sin voz. Cuando la distorsión de “I am the Walrus” aún no se disipaba no lo podía creer: había cantado (disculpa que lo considere el hito de la noche, pero es una cuestión personal) y saltado “Supersonic” en el Nacional. Vuelvo a creer en Oasis…
Bambino Pons
Hola Bambino:
Yo también quedé afonicazo durante varios días tras tremendo concierto. Todo estuvo de la putísima madre: el sonido, la forma en que tocaron, el repertorio (salvo la omisión ya anunciada de la canción que todos queríamos cantar) y hasta las frases inentendibles de Noel, en su inglés tan peculiar y lumpenesco. Cuando sonaban tan contundentes y psicodélicos (los temas de los últimos cuatro discos sonaron mejor ensamblados que los clásicos de siempre, me pareció) me di cuenta por vez primera de la gran diferencia entre los que han inventado toda historia y los wannabes de nuestros países. ¡Oasis rockeaba! y en una vena muy distinta a la de, por ejemplo, los New York Dolls, que también dieron una clase de lo que es este género tan vilipendiado. Lo de los Gallagher y compañía era la quintaesencia del rock británico, acuñado como tal por Beatles, Kinks y Stones, entre otras madres del cordero: una suma de influencias de lo más diversas que fluyen con naturalidad. En el caso de Oasis, eran de la putísima madre los climas que con las guitarras les daban a esas canciones tan perfectas. Una lección para todos… Y ni hablar de las visuales. ¡Lo de Soda Stereo quedó como un pan chapla envuelto para encomienda! Las imágenes surrealistas, precisas. ¡Fue la cagadita! Hemos sido afortunados de poder verlos y ojalá que alguna vez regresen…
Guigsy
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