jueves, 16 de abril de 2009

The Prodigy - Invaders Must Die (Review)



The Prodigy - Invaders Must Die
Take Me To The Hospital Records 2009



Un cóctel de desenfreno es lo que siempre ha sido The Prodigy y eso no debe cambiar a pesar de que el tiempo pase y no haya la misma cantidad de drogas y el cuerpo ya no aguante tanto. “Invaders Must Die”, el nuevo álbum de la banda que reventó los charts en 1997 con ese clásico del techno llamado “The Fat Of The Land”, ha vuelto con la misma formación que no grababa junta desde aquel mítico año, su regreso es con un disco a la altura de las circunstancias, el mundo otra vez va a necesitar bajarle un poco el volumen a la “música satánica”.

Una vez más las atmósferas juegan un papel fundamental en la música sicótica de la banda electrónica de punk dance, el ritmo no decae en ninguno de los 11 surcos que contiene el disco, nuevamente utiliza sirenas policíacas, frases sueltas, sonidos industriales, elementos que unidos bajo los beats infernales de Liam Howlett consiguen el mismo efecto de adrenalina que hacía tiempo habían perdido.
En gran medida el regreso de The Prodigy en sus cabales se debe a que estamos hablando de las tres llaves fundamentales del éxito de la banda británica juntas nuevamente: Liam Howlett, Keith Flint y Maxim, los tres marcianos que escandalizaron medio planeta con su puesta en escena, mezcla entre Sex Pistols, Rammstein y Marilyn Manson, nuevamente vuelven a colocarse en el primer lugar de ventas en el Reino Unido.

La fórmula sigue intacta pese a los años

El CD abre con la meteórica “Invaders Must Die”, un tema religiosamente ligado a su estilo, que define el ritmo del álbum y consigue ser una pieza clave para su inclusión en las listas de las radios del mundo. A pesar de que el tiempo en que la música electrónica gozó de notoriedad gracias a combos como The Chemical Brothers, Daft Punk o Underworld, los primeros tracks del disco consiguen la misma sensación enfermiza que se dejaba sentir en los bares y discotecas de los noventa. “Omen” y “Thunder” llevan consigo el poderío de los beats de percusión y el sonido ensordecedor de los gritos sampleados a manera de “mantras ácidos”, “Colours” utiliza sonidos de videojuegos ensamblados entre sí como cadenas.

“Take Me To The Hospital” es uno de los mejores tracks del disco, una fuerza demoledora, los sonidos y el fraseo de Keith Flint lo vuelve a poner como el payaso neurótico que a todos nos encandilo en canciones como “Breathe” o “Firestarter”; “Run With The Wolves” cuenta con la participación en batería de Dave Grohl, adecuada por cierto ya que el tema se destaca entre los demás como uno de los rockeros del álbum, la mezcla de sonidos consiguen el efecto esperado imposible dejar de moverse.

“Invaders Must Die” cierra con una canción pop, la colorida y candida “Stand Up” deja de lado la esquizofrenia del hard beat para adentrarse en una ruta un poco mas cálida, el disco envuelve pero no se conserva aún en la memoria, eso tiene de distinto con sus highlights de todos los tiempos. Este álbum sobrevive poco a poco por sus detalles, definitivamente The Prodigy está lejos de ser nuevamente los “hit makers” de los noventa. Ahora la fiesta es más dura, pero también más corta.

Arturo Puescas - Terra Stereo

No hay comentarios: