miércoles, 22 de abril de 2009

LOS HERMANOS QUE SALVARON EL ROCK - Dedo Medio



LOS HERMANOS QUE SALVARON EL ROCK

Han vendido más de 50 millones de discos en todo el mundo. Han tenido ocho números uno en el Reino Unido y suman 15 premios en una colección que incluye los NME Awards, BRIT Awards, Q Awards y los MTV Europe Music Awards. Tienen el récord de haber metido más gente en dos conciertos consecutivos en Knebworht, Inglaterra: 250 mil personas. Las entradas se vendieron en cuestión de minutos. Dos millones y medio de personas intentaron comprar una. Si todas hubiesen logrado conseguir una entrada, Oasis habría dado 53 conciertos seguidos en esa misma ciudad. Sus peleas son tan famosas como su explícita influencia Beatle. También son devotos de los Stones, The Who, The Kinks, The Smiths (aunque Noel Gallagher asegura que Oasis está por encima de estos últimos en la lista de las mejores bandas de la historia), Neil Young, The Stooges y The Stone Roses. Muchos los consideran violentos y atorrantes. Otros son fanáticos declarados. Y mientras el mundo se pone de acuerdo, ellos dicen que ya no tienen verguenza de dar amor.

Por: Verónica Klingenberger


En 1994, el rock se había instalado en Seattle y se lamentaba del mundo usando chompas con huecos y zapatillas gastadas. Todos estaban rabiosos. Todos querían ser el Kurt Cobain que aparecía en los videos de MTV. Cínico, despeinado, alpinchista, brillante, bello, odiándose a sí mismo y queriendo morir. Había que patear culos o amplificadores, porque ser estrella de rock parecía ser una chamba horrible en la que uno sufría mucho, y se ponía peor si tenías la mala suerte de volverte famoso. Hordas siguiéndote a todos lados. Tu foto endiosada en diarios y revistas. Tus canciones cantadas por millones de oligofrénicos, y decenas de críticos desvelándose para encontrar la metáfora ingeniosa que le hiciera creer al mundo que ellos también te entendían. Entonces cinco chicos de Manchester liderados por dos hermanos lanzaron un disco y dijeron que quizás ellos no querían morir, que querían volar, respirar, vivir. Y más aún, que iban a vivir para siempre. También hablaron de lo bien que se sentía ser estrellas de rock sin serlo. Todavía. Cobain se mató ese mismo año. DEFINITELY MAYBE, el primer álbum de Oasis, se convirtió en el disco que más rápido se ha vendido en la historia de Inglaterra. Ni los Beatles ni los Stones ni U2 ni las Spice Girls, nadie, nunca, vendió 11 canciones como lo hicieron ellos. El optimismo etílico era necesario en la Inglaterra post Thatcher.

“Live Forever”, canción que Noel Gallagher recuerda como “la más importante” que ha escrito y que está incluida en ese primer álbum, trata sobre la invencibilidad de la juventud. Hey, se entiende. Vivir con ganas no era solo cosa de cojudos que creen en la autoayuda. En un artículo escrito por Simon Hattestone, publicado en diciembre del año pasado en The Guardian, Noel Gallagher dice: “Escuché esa canción llamada “I Hate Myself And I Want To Die” y pensé, yo no tengo eso, yo no puedo tener a esa estrella de rock americana a la que todos alaban como genio, sentado ahí en su mansión, relamiéndose con todo el dinero del mundo mientras dice eso. ¿Por qué te quieres morir?” Típico de los Gallagher. Típico de Manchester. Pero no caigas en el juego, no te molestes, no intentes defender a Cobain ni a todos los depresivos del mundo. Solo hay tres palabras que tienes que tener en mente cuando te hierva la sangre por culpa de las provocaciones de los Gallagher: rock-and-roll. Porque así respondió Inglaterra al prolongado dominio yanqui y para muchos, millones en verdad, se sintió bien eso de recordar que el rock es cosa de héroes, de chicos malos que se sienten dioses y que tienen derecho a odiar a todos, menos a si mismos.

Rock N’ Roll Star

Todos sabemos que los hermanos Gallagher no son como los retorcidos Galán Cuervo de Pimpinela. Son más bien como los hermanos de cualquier familia. Se adoran pero también pelean. Y se entiende: Liam quiere ser Noel y Noel quiere ser Liam. Uno tiene el talento de componer buenas canciones . El otro tiene el talento de haber nacido siendo una estrella de rock que canta como si cada canción fuera la última que vaya a interpretar en su vida, y el encanto suficiente para llevarse a la cama a cualquier supermodelo con solo decir “fuck off” y estrellar su cigarro contra el asfalto. Es así. Si alguien brilla en los conciertos de Oasis aún cuando no escriba las canciones ese es Liam Gallagher.

El vocalista más cool del mundo no cambiaría nada de su vida. Ni siquiera esa época en la que era un niño y solo por eso se salvaba de los golpes de su padre, quien no tenía la misma “consideración” con sus hermanos Noel y Paul, a quienes machacaba cada vez que tomaba demasiado. Para Liam esas cosas son las que lo hacen ser quien es. Y atacar el micrófono como lo hace, inmóvil, con el cuerpo encorvado pero la cabeza siempre hacia arriba, como si fuera a morderlo. “Era una mierda en casa y yo necesitaba entrar en… quizás no una pandilla, pero un grupo de algo. La primera banda que vi fueron los (Stone) Roses y eso fue todo. Los Roses me alejaron de eso. Solo pensé, ‘hay un lugar ahí’. Me hicieron sentir de puta madre, su música y todos los que estaban ahí se veían como nosotros y se comportaban como nosotros” (Mojo, noviembre 2007).

Para Noel Gallagher es fácil: su hermano menor nació con suerte: “No estoy celoso de él, pero no puedo entender por qué alguien se sube al escenario y me ataca a mí y no a él. (Hace unos meses un ‘fan’ jaló a Noel del escenario y le rompió tres costillas). Cada vez que tiran una botella siempre lo esquiva a él y me cae a mí en la nuca. Mi punto es que él siempre cae de pie. Yo siempre caigo de culo. Yo tuve que trabajar para todo lo que tengo, él siempre tuvo una especie de auréola”, se quejó indignado en The Guardian. Pero la historia nos dice que el primero en crear una banda fue Liam, aún cuando no le interesó la música sino hasta los 16 años.

Hasta ese espinazo clave con los Stone Roses, su vida eran los amigos del barrio y el fútbol. La verdadera gloria para él estaba en la calle. En la fría e industrial Manchester, Liam era parte de un grupo de chibolos que solo pensaban en cerveza, fútbol, romper narices, y masticar hongos alucinógenos. Noel también aparecía a veces por ahí, solo o con amigos, y todos juntos mataban el tiempo inventando apodos o diciendo lo que más pudiera molestar al otro al mejor estilo mancuniano. En ese entonces, Liam creía que cualquier huevón con una casaca de cuero, pelo largo y una guitarra era un raro. Como Noel, quien se la pasaba despierto toda la noche escribiendo canciones. Sin embargo, lo admiraba en secreto. Admiraba los pósters de bandas que pegaba en las paredes del cuarto que compartían, cuando sus camas estaban separadas solo por una mesa con un estéreo. Él creía que Noel era un tipo listo, aunque no lo entendía. Lo entendió después, cuando su hermano cumplió 18 y se fue de casa a trabajar como plomo de una banda llamada Inspiral Carpets. Pasaron cuatro años para que Liam se enamorara del rock. Quizás porque ya nadie ponía música en el cuarto. Quizás porque recién a los 16 años lo cegó la luz de Ian Brown quien juraba ser la resurrección frente a cientos de chicos en trance. Entonces quiso sentir lo mismo y junto con tres amigos, Paul “Bonehead” Arthurs (guitarra), Paul McGuigan (bajo), y luego el baterista Tony McCarroll, creó una banda llamada Rain. Un día Noel llamó a casa y le preguntó a su madre por Liam. Al saber que su hermano tenía un grupo de rock, regresó para dejar en claro dos cosas: Rain era un nombre de mierda, y él tomaría el mando si lo dejaban (tenía algunas canciones propias). Entonces Rain se convirtió en Oasis y Noel en su Paul McCartney: tú-toca-esto-tú-toca-lo-otro. Poco tiempo después, en un show en Glasgow, Escocia, la banda fue descubierta por Alan McGree, el fundador de Creation Records, quien inmediatamente les ofreció un contrato.

Cigarrettes & Alcohol

Oasis ha creado los dos mejores discos británicos de los últimos 50 años. Una encuesta de Q Magazine y HMV realizada a principios del año pasado demostró la vigencia de una banda que tiene 15 años tocando sin parar. Los álbumes elegidos fueron DEFINITELY MAYBE y (WHAT’S THE STORY) MORNING GLORY, primer y segundo puesto respectivamente. Lo increíble de esto es que ni siquiera ellos mismos creyeron que serían una banda tan influyente. Lo suyo era hacer rock n’ roll y morir en su ley, y eso significaba rockear a morir y morir rápido. Jamás imaginaron verse encima de sus adorados Beatles y de otros clásicos de la historia del rock (la encuesta dejaba atrás al SGT. PEPPER’S LONELY HEARTS CLUB BAND, de los Beatles; al LONDON CALLING, de los Clash; y al DARK SIDE OF THE MOON, de Pink Floyd, tres albumes que solo menciono para indignarte un poco. La onda Gallagher contagia).

(¿Quieres seguir leyendo? No seas sapo y busca tu Dedo N° 20 en el kiosco, grifo o supermercado más cercano)

1 comentario:

Alexis G dijo...

finalmente les dieron una portada, esta si la compro.