domingo, 6 de septiembre de 2009

Por las dudas, despidamos a Oasis



Como convirtieron una mala relación en estrategia promocional, nadie cree que los Gallagher disuelvan el grupo. Como sea, su obra exige reivindicación.
Germán Arrascaeta

“Se separó Oasis”. En las redacciones del mundo, nadie se tomó muy en serio la información de los cables. Lógico, la banda mancuniana de los hermanos Noel y Liam Gallagher ha hecho de la separación inminente una estrategia promocional. Tal cual: la mala vibra entre ellos fue la base sobre la cual Oasis potenció en términos de marketing una obra monumental al principio y aceptable en el mayor tramo de su trayectoria.

El principio fue en los primeros años de 1990, cuando el pop británico reaccionó orgulloso ante los conflictos existenciales del grunge norteamericano que desembocaron en el suicidio de Kurt Cobain. Y el “mayor tramo” fue del megalómano Be here now (1997) (en cuya tapa se los ve en una casona victoriana tirando un Rolls Royce a la pileta y observando a un globo terráqueo con un telescopio) para acá.

Es que, desde entonces, Noel viene prometiendo un “monumento a la psicodelia espacial” que a la fecha no pudo concretar.

Volviendo al disparador del “se separó Oasis”, hay que decir que esta vez el comunicado oficial se leyó tan enérgico como nunca antes. Y corrió por cuenta de Noel, guitarrista y cerebro, el músico que llevó al grupo de un garaje mugriento a los estadios del mundo. “Con algo de tristeza y gran pesar les comento que dejo Oasis esta noche. La gente escribirá y dirá lo que quiera, pero simplemente no podía continuar trabajando con Liam un solo día más”, tipió Noel en el sitio oficial del grupo.

Al momento de la redacción, el grupo ya había cancelado un show en París por efecto de unas ventiladas “diferencias de criterio”. Siguió Noel: “Disculpas a toda la gente que compró entradas para París, Konstanz (Alemania) y Milán”.

Lo cierto es que la noticia “se separó Oasis” no puede confinarse a un breve. No sólo debe tener capitulares catástrofe para estar a tono con una banda que siempre alimentó con las mejores carnes a los tigres del circo rockero. La tipografía debe estar bien condensada porque lo que esta banda lega, aun con varios discos de relleno, es una obra monumental.

¿La mejor banda? Sus primeros dos discos, Definitely maybe (1994) y (What’s the story) morning glory? (1995), airearon con precisión y buen gusto una tradición de rock británico en la que The Beatles podía llegar a darse la mano con Sex Pistols; o Paul Weller hablar de igual a igual con Morrissey.

Sólo esa contribución bastó para que Oasis fuera considerada la última gran banda rockera del siglo pasado. Un cantante arrogante que se expresa con actitud pendenciera y un guitarrista exquisito con aportar vocales melanco, que según la época fueron respaldados por instrumentistas nobles. Tal la puesta para activar la necesidad de pertenecer al star system, justo lo que había puesto en una cinta de Moebius a Cobain.

Los Gallagher fueron hooligans del Manchester City devenidos nuevos ricos, pero nunca perdieron el resentimiento del desclasado, su mal genio. Fue expuesto aquí en la crónica de su último show en el país, en marzo de este año: “Hay cosas que el dinero no puede cambiar”.

Es probable que esta semblanza sobre el fin de Oasis pierda sentido en breve cuando, a instancias de su madre, los hermanitos macana se junten a hacer las paces. Pero si algo tiene de especial el futuro, es que siempre será incierto.

Sus mejores tres discos

Definitely maybe (1994). Tras ser descubiertos por el cazatalentos de un sello que creyó ver a los nuevos Sex Pistols, se despacharon con esta obra combustible, repletas de himnos alucinantes.

(What’s the story) morning glory? (1995). Lo bestial y bello de Oasis logra arroparse en una producción inteligente. Sobran temas alucinantes, pero se imponen tres baladas. Wonderwall es una.

Standing on the shoulder of giants (2000). Aquí exponen sus primeras impresiones en la estratosfera del star system. Brillante inicio con el doblete Fuckin in the bushes y Go let it out.

Lavoz.com.ar

1 comentario:

Felipe Garcia Fossa dijo...

difiero de los mejores albums osea entiendo que morning y maybe sean los dos primeros pero yo me atreveria a decir que dig out es el tercero