lunes, 2 de marzo de 2009
Oasis, 'non grato' en China
La banda británica de pop Oasis ha connfirmado la cancelación de dos conciertos que iba a ofrecer el próximo abril en China, debido a que las autoridades del país no les han concedido autorización. El rapero Jay-Z, Britney Spears o Bjork también han tenido algún que otro encuentro con el Ministerio de Cultura chino. Malos modales, escotes pronunciados y sobre todo Tíbet: siempre hay algo que incomoda a Pekín.
Según ha informado la cadena pública británica BBC, China considera "inadecuados" los dos recitales de Oasis, que se iban a celebrar en Pekín (3 de abril) y Shangai (5 de abril). Los promotores del concierto explicaron que el Ministerio de Cultura de China descubrió recientemente que Noel Gallagher, cantante y co-líder de Oasis junto a su hermano Liam, actuó en 1997 en Estados Unidos en un acto favorable a la liberación del Tíbet.
En un comunicado difundido por sus publicistas, la banda de Manchester ya se ha declarado "muy decepcionada" por la noticia y se mostró esperanzada en que el Gobierno chino "reconsidere su decisión".
Pese a todo, los seguidores del grupo que compraron entradas recibirán un reembolso del dinero. Y se desconoce, de momento, si correrá la misma suerte el concierto que Oasis, de gira actualmente por el mundo promocionando su nuevo disco, 'Dig out your soul', tiene previsto dar el 7 de abril en Hong Kong.
Los otros 'repudiados'
Los hermanos Gallagher no son los primeros músicos que han tenido problemas con el gigante asiático en los últimos años, ya que el rapero Jay-Z tampoco recibió permiso en 2006 para actuar en China por su lenguaje irreverente.
Britney Spears, por su parte, sólo pudo actuar en 2004 en el país de la Gran Muralla con la condición de que su ropa no fuera atrevida.
El pasado año, la cantante islandesa Bjork gritó "íTíbet libre!" tras una canción durante un concierto en Shangai, del que no informaron los medios de comunicación controlados por el Estado chino. La cuestión del Tíbet, territorio invadido por China en 1950, sigue siendo un asunto muy sensible para el Gobierno Chino, que soporta con frecuencia las denuncias de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos que acusan a Pekín de abusos en esa zona.
MV
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