sábado, 20 de marzo de 2010

Phrazes for the Young - Julian Casablancas (Review)



El primer disco solista de Julian Casablancas es una grata noticia en el gris mundo del rock de guitarras. El vocalista de la afamada agrupación norteamericana The Strokes dejó atrás cualquier prejuicio y grabó un disco de rock ochentero, despreocupado y con una base melódica sólida y embriagante. El resultado se llama “Phrazes for the Young”.

Luego que su banda principal atravesara serias dificultades y algunas dudas en cuanto al regreso a las primeras planas, Casablancas, “el principito” del nuevo rock norteamericano, se dedicó a desarmar teclados y sintetizadores para colocarlos encima de su avinagrada voz de rocker de los cincuenta. Así, su debut solista arranca con “Out of the Blue”, una base “strokera” con capas de teclados que consiguen un tema épico de entrada.

“Left Right in the Dark” es otra de esas canciones que encuentras perdidas en los recopilatorios de lo mejor de los ochenta. Una vez más los sintetizadores abren paso para que, ayudado con un filtro de voz, Julian cante melodías nostálgicas. El coro es insuperable, un auténtico jingle publicitario audaz y chicloso.

Los 8 temas de esta primera placa solista dejan en claro que Julian Casablancas tiene mucho material por editar con luces y colores que sus amigos en la banda deberían temer. “Dimension” recorre buena parte de su duración haciéndote mover los pies sin reparos; notas en teclado que se repiten una y otra vez creando un loop bailable en el que el vocalista transcurre sin esforzarse mucho. Brillante la ejecución de bajo y secuencias electrónicas.

“4 Chords for the Apocalypse” remite a The Killers de entrada. Un electro blues decadente en el que Julian canta mejor que nunca en todo el disco. Ya para ese momento estás atrapado en la pared de sonido y en la candidez de una tierna y cercana interpretación. Se trata de una canción clásica que significa un quiebre en todo el álbum.

“St” es un country espacial, una oda de amor y desamor que se vuelve sumamente empalagosa, sino fuera por esos loops desfasados que te ubican nuevamente en 2010, el año en que estás oyendo esta canción atemporal. El solo de banjo es sublime. “River of Brakelights” trae de vuelta su concepción seminal como punk rocker, una contundente melodía rock que sigue siendo vertiginosa aún cuando está formada prácticamente por secuencias electrónicas.

Los dos últimos temas del disco redondean una producción sobresaliente. “Glass” es una canción que sobrevive gracias a las tremendas licencias vocales que se permite Julian Casablancas, vocalizando muy bien y jugueteando con falseos que no se atrevería a grabar con su banda neoyorkina. Finalmente, “Tourist” cierra el disco de una forma soberbia, el punteo inicial de guitarra te acompaña todo el día luego de escucharlo, es aquí donde escuchamos lo mejor del cantante despojado de las poses y cubierto solamente por sus emociones, una gran canción de cierre a un disco que se queda muy cerca ser considerado un clásico de nuestros tiempos. Estamos seguros que sin los Strokes este músico sobrevivirá a todo.


BURNAGE

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