viernes, 27 de mayo de 2011
Un pentagrama repleto de goles
La fuerza en la cultura popular de música y fútbol han llevado a la unión de dos mundos muy cercanos.
Eudald Caseras | Informe
Ahí lo tienen, feliz como una perdiz. Liam Gallagher, el que fuera cantante del grupo Oasis, celebraba hace pocos días el triunfo del Manchester City ante el Stoke en la final de la FA Cup en Wembley. Junto a sus hijos y su mujer, Nicole Appleton, del grupo All Saints –ella no sale en la foto-, el actual vocalista de Beady Eye, su nuevo grupo, por poco se vuelve loco con el gol de Yaya Touré, gracias al cual pudo, por fin, festejar un título de su equipo, dado que tan sólo tenía cuatro años cuando los ‘Citizens’ ganaron su última copa. Por si fuera poco, el pequeño de los Gallagher se entusiasmó cuando, con los jugadores celebrando el triunfo sobre el césped, sonó con fuerza en el estadio el tema ‘Roll With It’, de Oasis. Este es sólo un ejemplo de la estrecha relación que existe entre el mundo del fútbol y el de la música, una vinculación que se ha traducido, a lo largo de los años, en cientos de canciones, en himnos y cantos con dedicatoria, y en el amor que los jugadores sienten por la música y los músicos por el fútbol.
Rooney y su tatuaje Rock'n'roll
Si quieren muestras de esta relación entre fútbol y música, aquí les damos varias. Por ejemplo, ‘Just Enough Education To Perform’ es el título del tercer álbum del grupo de rock galés Stereophonics. Este trabajo, que cuando se publicó, en abril del 2001, escaló hasta el número uno en las listas del Reino Unido, tuvo un nuevo subidón de ventas cuando se descubrió que Wayne Rooney se había tatuado el nombre del disco en su brazo derecho. Sin duda que no hay mejor manera de demostrar la admiración hacia una banda de rock. De hecho, en un campeonato como el inglés, en el que la música suele sonar a tope en los vestuarios hasta pocos minutos antes de empezar los partidos, los futbolistas son mucho más propensos a exteriorizar sus preferencias musicales.
Tweets, torturas y homenajes
Precisamente en las últimas semanas se ha estado librando una verdadera ‘guerra’ entre un ex compañero de Rooney en el United, Gary Neville, y Noel Gallagher, ex líder de Oasis, hermano mayor del antes citado Liam y todavía más fan del Manchester City que él. En su cuenta de Twitter, y con cierta mala idea, Neville expresó su felicidad por los logros del United parafraseando una letra de un tema de Oasis. Cuando Gallagher se enteró de ello declaró a The Sun que si Neville volvía a citar alguna canción de Oasis en Twitter, lo ataría a una silla y le torturaría obligándole a escuchar la recopilación de lo grandes éxitos de Simply Red. Ante tales amenazas, Neville se calmó, pero no dejó de hablar de música a través de las redes sociales. Hace poco se le veía totalmente entusiasmado porque Ian Brown, ex líder de los Stones Roses, había confirmado su presencia en su partido de homenaje. Todo parece indicar que Brown, hincha del United, cantará la canción ‘This Is The One’ en los prolegómenos del encuentro.
Supervivencia francesa
Además de en Inglaterra, en Francia la relación entre música y fútbol también es intensa. Sin ir más lejos, todos los seguidores de la selección gala saben que los ‘Bleus’ le deben el triunfo en el Mundial de 1998... a Gloria Gaynor. Vincent Candela, ex lateral izquierdo de los galos, se aburrió de ser suplente de Bixente Lizarazu y un buen día se sacó de la manga la canción ‘I Will Survive’, y a ‘Zizou’ y compañía les gustó. Resultado: el tema en cuestión fue un verdadero talismán para los ‘Bleus’ y no hay ninguna imagen de las celebraciones de aquella Copa del Mundo en la que no se oiga a la Gaynor reivindicando su supervivencia.
También en el vestuario del Barça han sonado canciones que han pasado a la posteridad. Con Guardiola, los azulgrana han hallado motivación sucesivamente con el ‘Viva la Vida’, de Coldplay, con ‘Human’, de The Killers, y este año, y gracias a Leo Messi, con una composición llamada ‘Nuestra BSO’, del grupo de rap Delahoja. Al vestuario ‘culé’ no le sorprende para nada esta efervescencia musical puesto que Frank Rijkaard, antecesor de Guardiola y fan, entre otros, de Nirvana y de los Pixies, ya apuntaba muy alto en este campo. De hecho, no nos extrañaría en absoluto que el holandés también fuera admirador del grupo de Leeds The Wedding Present, cuyo primer LP, editado en 1987, se llamó ‘George Best’ y llevaba una foto de la leyenda del United en la portada.
Tributos y caprichos
Wayne Rooney, del que hablábamos anteriormente, no solamente es fan de los Stereophonics, también lo es de un grupo de Leeds, como los Wedding Present, llamado Kaiser Chiefs. Esta banda tomó su nombre del club sudafricano en el que Lucas Radebe, que fuera capitán de los ‘Whites’, empezó a darse a conocer. Este sería el caso más curioso de relación entre música y fútbol, aunque la situación más caprichosa es la protagonizada durante muchos años por el cantante Rod Stewart. En los años ochenta, en un tiempo en el que no existían ni los móviles, ni la televisión por cable, ni internet, el millonario Stewart, fan por igual del Celtic de Glasgow y del United, solía llamar por teléfono desde Estados Unidos a algún amigo que estuviera viendo el partido del Celtic por la tele para que le narrara minuto a minuto el encuentro en cuestión. Eso sí es sentir los colores.
Himnos y cánticos
En los estadios también se hace notar, y mucho, la vertiente musical del fútbol. En este aspecto, el tema más conocido es ‘You’ll Never Walk Alone’, himno oficioso del Liverpool, cuyo lema aparece en el escudo del club y que también suena en otros campos. Justamente en el estadio de los ‘Reds’, como en tantos otros de Inglaterra, se da la tradición de dedicarle canciones a los jugadores más emblemáticos. Más allá del “We’ve got Cesc Fàbregas” (‘Tenemos a Cesc Fàbregas’, con la melodía de ‘La Donna è Mobile’) que suena insistentemente en el Emirates, una de las más graciosas es la que le dedican a Jamie Carragher en Liverpool. Siguiendo el tono del ‘Yellow Submarine’ de los Beatles, los fieles de Anfield cantan: “We all dream of a team of Carraghers, a team of Carraghers, a team of Carraghers”... Y otro club muy ‘musical’, que lamentablemente acaba de perder la categoría, es el St. Pauli alemán. Cada partido en casa del contracultural club de Hamburgo empieza con la canción ‘Hells Bells’, de AC/DC, tronando en los altavoces, mientras que el vitamínico tema ‘Song 2’, de Blur, celebra cada uno de los goles anotados por el equipo.
Canciones, tatuajes, tweets, himnos, cánticos de homenaje y ‘torturas’. Todo esto y muchas cosas más entran en contacto cuando se trata de hablar de la relación entre fútbol y música, un idilio que lleva mucho tiempo funcionando y al que sin duda le quedan todavía largos años de feliz interacción.
DonBalon.com
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