viernes, 4 de diciembre de 2009
Entrevista exclusiva: Muse se hace la América
Con un disco exitoso, el trío inglés conquista Estados Unidos.
Matt Bellamy, en plena prueba de sonido.
Matt Bellamy lo ve de esta manera: "Es una experiencia muy reveladora", dice el cantante-guitarrista-pianista unos días antes que su banda, el trío británico Muse, arranque con una serie de tres semanas como teloneros de U2 en diferentes estadios de los Estados Unidos. "Te recuerda que te está yendo bien, pero no tan bien como a ellos", agrega, riéndose por teléfono desde su casa, cerca del Lago Di Como, en Italia.
The Resistance, el quinto disco de Muse, es un remolino de rock dentado, arrebatos de música clásica y las invectivas apocalípticas de Bellamy, todo disparado con un falsete como lanza con punta de vidrio. The Resistance es el único disco exitoso del mundo con una sola canción llamada "United States of Eurasia (+ Collateral Damage)", que incluye un homenaje vocal a Queen, una cita a el Nocturno en Mi bemol mayor de Frédéric Chopin, y letras inspiradas en The Grand Chessboard: American Primacy and Its Geostrategic Imperatives, el libro de 1998 de Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad nacional de Carter. El disco llegó al primer puesto en 16 países, y en el número 3 en Estados Unidos.
El éxito de Muse en Estados Unidos tardó bastante en llegar. Bellamy, Howard (también de 31) y Wolstenholme (de 30) son tres compañeros de escuela en Teignmouth -un pueblo chico en la costa sudoeste de Inglaterra- que empezaron a tocar juntos en 1994, vendieron ocho millones de discos en todo el mundo y llenaron el estadio Wembley de Londres en 2007. "Pero siempre estuvimos un poco detrás en Estados Unidos", admite Wolstenholme. Howard es más directo: "Los primeros dos discos no importaron allá". El primer contrato estadounidense que tenían con el sello Maverick de Madonna se terminó después de Showbiz, el debut de 1999, en parte porque la compañía le ordenó a Bellamy que aflojara con el falsete. Muse comenzó a girar en serio por Estados Unidos en 2004; tres años más tarde, llenaron el Madison Square Garden de Nueva York.
"Fue una construcción gradual y hay un placer que viene con eso", dice Bellamy, hablando alegre y rapidísimo. "No llegamos con una canción o un disco súper exitoso, aunque vendieron bien. No le debemos nada a nadie. Viene de haber armado buenos shows y tener una buena conexión con los fans."
Esos fans pertenecen a un bizarro espectro, que va desde la autora de Crepúsculo, Stephenie Meyer, que mencionó a la banda como una inspiración para su cuarteto best-seller de novelas románticas de vampiros (la banda también tiene canciones en el soundtrack de las dos películas de Crepúsculo), hasta el demagogo conservador Glenn Beck, que pasó "Uprising" en su programa de radio.
La ideología política del cantante podría definirse como un escepticismo agresivo. "Tengo hambre de un descontento / Vamos a llevar esto más allá de la protesta pacífica", canta por sobre el agitado prog-rock de "Unnatural Selection" que Bellamy compuso luego de la muerte de un transeúnte inocente empujado por un policía durante las marchas contra la cumbre del G-20 en Londres, a principios de este año.
Bellamy detesta a los políticos de la izquierda y de la derecha por igual. "No puedo creer que dejemos la ejecución de las políticas en manos de una pequeña red de personas que no se hace responsable frente a sus votantes", dice, y es un ávido estudiante de teorías conspirativas. "Le gustan los extremos", dice Howard acerca de cómo compone Bellamy. "Esas cosas funcionan mejor con nuestra música, igual." La gran equivocación con respecto a Muse, dice, es que "somos unos flacos serios que piensan que el mundo se va a terminar en los próximos diez minutos".
De hecho, el estudio donde Muse grabó The Resistance es un búnker, una caverna artificial dentro de una montaña cerca de la casa de Bellamy, en Di Como. El creó el lugar convirtiendo excavaciones que antes se usaban como depósitos y bodegas de vino. "Te subís a un ascensor y vas dos pisos bajo tierra", dice. "Se nos pegó algo. La paranoia usual de nuestros discos se acentuó por estar ahí abajo aislados, mirando la BBC World News todo el día." Cuando le preguntan exactamente cuán paranoico es, Bellamy no se inmuta. Su novia italiana es, dice, "una psicóloga absolutamente calificada. Ella dice que tengo unas leves tendencias paranoicas".
Bellamy también tiene algo de auténtica historia del rock en su árbol genealógico. Su padre, George, era guitarrista de la banda inglesa de los 60 The Tornados. Su clásico de space-pop instrumental de 1962 "Telstar", un homenaje a un satélite de comunicaciones que fue producido por el legendario Joe Meek, fue un hit internacional. Pero George estaba trabajando de albañil y plomero cuando Matt nació en Cambridge en 1978. "Mi papá terminó quemado con la industria, no le pagaban nada", dice Matt. En su casa, no había "nada de glamour". Matt no agarró la guitarra hasta sus primeros años de adolescente, poco después de que sus padres se divorciaran. "Estoy seguro de que tuvo algo que ver con él", dice. "Lo extrañaba tanto que recurrí a la guitarra."
Matt dice que ahora puede ver algo de la influencia de los Tornados en canciones de Muse como "Knights of Cydonia", el gran western galáctico que cierra el disco de 2006 Black Holes and Revelations. "Todavía sigue siendo una música inusual y, especialmente, en su época", dice Matt acerca del gran hit de su padre. "Supongo que siempre creí que ser innovador, fuera de lo común, era algo bueno."
Por David Fricke
Rolling Stone
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