sábado, 2 de octubre de 2010
15 años del album que cambió el britpop
Oasis “(What’s the Story) Morning Glory?”
(What’s The Story) Morning Glory? sigue pareciendo un trabajo actual aunque hayan pasado ya quince años desde su lanzamiento. Ese aire atemporal es el logro que alcanza cualquier clásico que se precie de serlo. En su momento, Morning Glory desmostró que Definitely Maybe no había sido el chispazo de una banda pasajera, sino que los de Manchester eran capaces de prolongar su leyenda con suma facilidad. Además, gracias a él, Oasis rebasa a su competencia cercana. Luego de su lanzamiento, las otras bandas contemporáneas quedaron atrás. Blur, que había ganado la batalla de los sencillos en la que “Country House” sobrepasó a “Roll With It”, hizo honor a su nombre cuando The Great Scape quedó prontamente olvidado; todas las miradas se centraron en Oasis, que simbólicamente recibió el título de banda más grande del mundo.
Las razones de este fenómeno son comprensibles. (What’s The Story) Morning Glory? sintetiza la historia del rock a la vez que la dota de modernidad. Contrario a lo que a menudo se cree, la influencia no recae exclusivamente en The Beatles. Oasis acumula fragmentos de The Rolling Stones, The Stone Roses, The Jam, The Smiths, T-Rex y muchos más. Noel Gallagher no se equivocaba al declarar lo siguiente: “Somos una banda de rock, una banda de pop, una banda punk, pero con todo eso, somos algo diferente. Si miras 30 años de música, nosotros reunimos las mejores partes, todo reunido en una sola banda”.
Este álbum no surge de la nada. Ya en Definitely Maybe (1994) se daba aviso de lo que estos borrachos eran capaces. WTSMG no sorprende; por el contrario, el disco cumple con las expectativas generadas por su debut -lo cual no es poca cosa: a veces es más difícil entregar lo que todos pedían de ti que sacar algo que nadie esperaba-. He ahí el gran mérito de Noel Gallagher que no se achicó ante la presión que implica el lanzamiento del segundo disco. Muchos otros han caído ante ella, convirtiéndose en conjuntos olvidados de un solo hit. Oasis respondía con clásicos al llamado de una generación.
Queda claro que existe un cambio respecto a su trabajo anterior: la esencia juvenil se mantiene pero se refina, deja de ser ruidosa para convertirse en algo de aires pop. Si Definitely Maybe iba dirigido a un sector particular (el de adolecentes que frecuentan pubs y beben hasta morir), este “nuevo Oasis” es universal. No existe rango de edad, los temas presentados son familiares, gustan lo mismo a un fan de los Kinks que a una chica que se moja cada vez que escucha “Wonderwall”. El salto a la masividad era más que comprensible.
Aún así, hay un sector que se sigue resistiendo al aplauso. El principal enemigo de los Gallagher fueron sus lenguas. Las declaraciones provocativas lo mismo que les daban portadas, los afectaba. Hay un especie de resentimiento hacia ellos. Su éxito enardece porque al llegar mostraron nula humildad. Lo que no se suele entender es que lo de ellos era la aceptación del papel de "estrella de rock". Jarvis Cocker, Brett Anderson y Damon Albarn nunca asumieron el estrellato como una responsabilidad; Noel y Liam sí, tanto así, que jugaron con ello. Tomarse sus declaraciones en serio equivale romper la ilusión con la que estos personajes animaron la escena británica de mediados de los noventa.
De igual forma se suele le acusar de tener influencias que llegan al plagio. El ansia de demeritar un trabajo redondo los hace quejarse como nenas de los guiños a Gary Glitter, John Lennon y R.E.M., detalles mínimos que los hacen perderse de un trabajo que quizás no sea original, pero sí completamente auténtico. Las piezas que conforman este disco pasean con descaro, no tienen la necesidad de ocultar la importancia de sus grandes referentes, incluso suben el volumen para hacerlo más evidente.
Las críticas no suelen pasar de ahí. Lo cierto es que poco se le puede reprochar a un trabajo que no presenta un solo tropiezo. De principio a fin el disfrute está garantizado. Basta decir que el “peor” tema es “Hey Now!” para darse cuenta del nivel jerárquico del que estamos hablando. Clásicos y más clásicos conforman este monumento. Cualquiera de ellas entraría en un recopilatorio de lo mejor de la década.
“Wonderwall” sigue siendo tan popular como cuando nació. El tema menos ruidoso de su repertorio es el que más resonancia ha conseguido. Se trata de la primera manifestación sentimental del grupo (con excepción de "Slide Away"); una letra de amor que Liam Gallagher hace llegar hasta los huesos gracias su voz. Su popularidad radica en su honestidad y sencillez, lo cual se repite en el resto de su trayectoria. Es muy probable que todos se hayan identificado alguna vez con líneas como “there are so many things I would like to say to you but I don't know how”. La clave del éxito fue que se percibían cercanos, lo que describían no se alejaba de las situaciones por las que la gente normal pasaba. No hay que olvidar que éstos eran tipos que alguna vez dedicaron sus tardes a robar estéreos para sobrevivir. Venían de abajo, no eran figuras intelectuales ni artísticas. Simplemente representantes del pueblo en el escenario.
“Don’t Look Back in Anger”, por su parte, cumple todos los requisitos para ser considerada un clásico del rock. No sólo es un tributo (a John Lennon, al amor, a la vida, al perdón) sino un himno. El estribillo parece eterno. Resume en pocos minutos decenas de melodías históricas que teníamos alojadas en la memoria. De ahí que desde la primera escucha exista sensación de déjà vú. Pensamos que ya la hemos vivido, cuando en realidad no es así. Noel Gallagher logra la épica de amalgamar distintas perfecciones. Nada sobra, todo suena preciso. Canción justa, canción entrañable; entonada por su autor, que por primera vez mostraba al mundo de lo que su voz era capaz. Hasta ahora, sigue siendo una de las favoritas de los fans. El highlight de cada uno de sus conciertos.
Esos dos temas son los más famosos, sin embargo, el resto no demerita en lo absoluto. A “Some Might Say” la dejaron de interpretar en vivo porque cada vez que la tocaban, los estadios se caían. “Cast No Shadow” invoca a la belleza y la convierte en canción. “Morning Glory” suena al apocalipsis, sin ser Metal manifiesta una potencia asombrosa. “She’s Electric” podría estar firmada por varios grupos de los sesenta, parece los Kinks, los Beatles, los Stones… pero es Oasis.
(What’s The Story) Morning Glory? cierra de manera épica con “Champagne Supernova”. El Britpop fue un fenómeno breve que en 1995 tuvo su punto más fuerte. Cuando este álbum salió (octubre) el género gozaba de una salud envidiable. Nadie imaginaba que para 1997 ya no sería más que un recuerdo. "Champagne Supernova" parece, entonces, una despedida. Para Be Here Now, Oasis ya no sería lo mismo, las circunstancias tampoco. La urgencia que los caracterizaba daría paso a los excesos. La megalomanía de Noel se salió de control al darse cuenta de que se había convertido en leyenda. Por más que se esforzara, no volvería a conseguir lo que naturalmente plasmó aquí. La mayoría de los seguidores del conjunto ven aquí su pico creativo. El futuro vendría acompañado de altibajos, lo cual no quita que por un lapso de tres años (94-96) parecieran invencibles.
Para sonreír, para llorar, para bailar y cantar. Un disco perfecto que en su momento eliminó la nostalgia por traer el sonido del pasado al presente.
Una frase final: 20 millones de copias vendidas. Chúpala, Blur.
FUENTE
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4 comentarios:
JAMÁS me voy a cansar de escuchar (What's The Story) Morning Glory. hasta el nombre es perfecto.
discazo!!! esta música te calma la sed como ninguna. ya no se encuentran discos asi de completos por estos tiempos.. ya toca!!
Hermoso disco, solo hay un error, en lo que dijiste Arturo : "Un disco perfecto que en su momento eliminó la nostalgia por traer el sonido del pasado al presente".
Nunca paso su momento, ni nunca pasara.
Esa frase es buena man, pero yo no escribí esta crónica es de un blog de brit pop que enlace al final de la nota...
saludos
BURNAGE
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