Ver en vivo a una de las bandas mas interesantes de los últimos tiempos produce una sensación difícil de describir, emoción y esperanza confundidas con la razón de no darles demasiados títulos a unos chiquillos empecinados en sonar bien.
Live At The Apollo, muestra a los Arctic Monkeys en la intimidad de su propio sonido, con una mezcla impecable de audio que solo permite oír cada uno de los latidos del corazón de los 4 integrantes de la sensación de Gran Bretaña, este documento es un reflejo fiel de la banda en su esencia pura, sin maquillajes, ni arreglos exagerados, el sonido y la ejecución con muchos errores de por medio solo te llevan a pensar en una banda que no se preocupa demasiado en ser perfectos, pero sí en ser honestos.
El concierto de diciembre del 2007 en medio de su tour mundial de promoción de su segundo álbum “Favourite Worst Nightmare” muestra una sala repleta, el mítico Apollo de Manchester donde muchas de las grandes bandas británicas han tenido que pagar peaje deja ver a los monitos en su jaula, la sola idea de ver en vivo temas tan caóticos como “House Is A Circus”, “Brianstorm” o “From the Ritz to the Rubble” ejecutados con sudor y excitación demuestra que el mundo seguirá escuchando rocanrol por algunos años mas todavía.
El sonido y edición merecen ser destacados, la calidad de imagen y los planos cerrados pareciera estar viendo a los “monos del ártico” tocando en su sala de ensayo, el sonido solo permite tener una leve participación de los gritos del público lo que puede resultar algo no muy favorable a los acostumbrados al griterío propio de los mas encendidos DVDs en vivo.
La etiqueta de héroes nacionales les queda grande a los Arctic Monkeys pero a ellos ya no les preocupa mas las clasificaciones, este 2009 amenazan volver a las tiendas con su tercer disco producido esta vez por Josh Homme de Queens of the Stone Age, la historia recién empieza para esta banda que con este DVD consigue hacer tragar sus palabras a muchos de los críticos que pensaron que solo se trataba de otro mas de los “hypes” propios de las revistas británicas.
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